Este miércoles el caso del hallazgo de restos humanos en la comuna de Ñuñoa, dio un inesperado vuelco cuando una monja de 80 años fue sindicada como la principal sospechosa.
Si bien se presumía en un principio que lo ocurrido con el cuerpo encontrado en calle Los Talaveras se trataría de un homicidio, las últimas indagatorias parecen haber dejado al descubierto la posible causa que además escondería un pacto entre los implicados.
Es en las últimas horas que la investigación identificó como eventual sospechosa a una monja de 80 años, quien habría llevado a cabo un acuerdo con otra religiosa que vivía con ella, y quien además según información preliminar, vendría siendo nada más y nada menos que su hija.
Las primeras diligencias dieron a conocer que el cuerpo hallado corresponde a la de una tercera monja que murió por causa de un cáncer durante el año 2023, y cuyo cuerpo habría permanecido meses sin sepultura, ocultado por la mujer que confesó su culpabilidad este miércoles.
El subprefecto Juan Fonseca, jefe de la Brigada de Homicidios Metropolitana, detalló a la prensa que la maleta con el cuerpo en su interior fue abandonado por la propia adulta mayor investigada y que posteriormente, fue encontrada por un reciclador que trabajaba en la zona.
“Tomó la maleta, la abrió y al pensar que había materia orgánica en descomposición, la soltó y denunció”, relató el profesional, confirmando que tanto la religiosa de 80 años como su hija quedaron apercibidas, es decir, citadas por la Justicia.