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Emprendimiento chileno da una nueva esperanza a mujeres con cáncer de mama

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Foto: Beatriz Palma en entrevista con Emprendidos.

Beatriz Palma creó My Nipp, y en entrevista con Emprendidos, reveló cómo sus prótesis externas del complejo areola-pezón están ayudando a personas que vivieron mastectomía.

Según la Organización Mundial de la Salud, 1 de cada 10 chilenas sufre de cáncer de mama, 70% de ellas no tenía antecedentes previos y el 40% de los casos afectaría a mujeres menores de 40 años. A estas estadísticas se suma que se han realizado 60% menos mamografías debido a la pandemia, resultando en diagnóstico de tumores más avanzados.

Hay temas de los que nadie habla… ¿Qué pasa después del cáncer? ¿Qué sucede después de una mastectomía? ¿Cómo es el proceso de reconstrucción de la mama? ¿Las pacientes quedan satisfechas con los resultados?

Beatriz Palma es arquitecta, dedicada hace varios años al maquillaje profesional, de donde derivó hacia la micropigmentación por sus resultados más permanentes, camino que a su vez la llevó a interesarse por el tatuaje paramédico. Así fue como se acercó al tema del cáncer de mama y se dio cuenta de que el tatuaje 3D de los pezones, a pesar de ser un paso adelante, no era suficiente. Ella quería entregar una solución concreta, digna, realista y predecible para reponer una parte tan importante para las mujeres.

Fue entonces que nació la idea de crear la empresa My Nipp. En entrevista con Carla Ballero en el programa Emprendidos, Palma contó que la startup consiste en una solución estética, pensada principalmente para quienes han perdido el complejo areola-pezón por un cáncer de mama.

Son prótesis externas del complejo areola-pezón, firmes, livianas y resistentes, chilenas hechas 100% a mano, personalizadas e hiperrealistas, que se fijan de forma autónoma al pecho mediante un adhesivo biocompatible de alta estanqueidad, es decir, evita que ingresen elementos externos. “Es tan realista y personalizado, que se puede llegar a sentir como parte natural del cuerpo, tanto física como emocionalmente”, afirmó la emprendedora.

El proceso comienza con una consulta donde se evalúa a la paciente y se toma un molde de su otro pecho para que la prótesis del pezón sea de la misma forma y tamaño. A partir del molde se crea la prótesis de silicona, la que después es pigmentada en forma hiperrealista, plasmando hasta los más pequeños detalles.

De este modo, el resultado es una prótesis de la areola-pezón que se pega al cuerpo con un adhesivo especial y no hay necesidad de retirarla en la noche, también es resistente al agua, al roce y a todas las actividades diarias. Una vez a la semana se despega con un removedor, se limpia la prótesis y la zona, y puede volver a usarse.

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