La presidenta del Banco Central Europeo, Christine Lagarde, aseguró que las operaciones con dinero digital deberían estar reguladas pues muchos inversores no entienden cómo funcionan.
Un aumento dramático en el tamaño y la complejidad de los criptomercados significa que el sector está en camino de convertirse en un riesgo para la estabilidad financiera, que debe regularse con urgencia, dijo el Banco Central Europeo (BCE).
Si bien la alta volatilidad reciente no ha resultado contagiosa para el resto del sistema financiero mundial, la amenaza está aumentando con la participación cada vez mayor de los inversores institucionales, señaló al respecto el BCE en un capítulo publicado previamente de su revisión de estabilidad financiera.
“Según los desarrollos observados a la fecha, los mercados de criptoactivos actualmente muestran todos los signos de un riesgo emergente para la estabilidad financiera”, indicó el BCE.
“Como este es un mercado global y, por lo tanto, un problema mundial, es necesaria la coordinación global de las medidas regulatorias”.
El BCE ha intensificado las advertencias y los pedidos de una regulación más estricta en los últimos días desde que la moneda estable TerraUSD se desplomó de su paridad prevista con el dólar a principios de este mes.
La presidenta del BCE, Christine Lagarde, manifestó que, en su opinión, las criptomonedas “no valen nada. Todo lo que sé es que ha subido y bajado y es un activo altamente especulativo como he dicho todo el tiempo”.
“En mi humilde opinión es que las criptomonedas no valen nada, no se basan en nada, y no hay ningún activo subyacente que actúe como ancla de seguridad», comentó la abogada francesa.
La expresidenta del Fondo Monetaria Internacional también aseguró que las operaciones con dinero digital deberían estar reguladas pues muchos de sus inversores no entienden cabalmente cómo es que funciona el mercado cripto. “Lo perderán todo y se sentirán profundamente decepcionados”.
En su revisión, Lagarde igualmente dio a conocer la creciente correlación entre las criptomonedas y los activos de riesgo más convencionales, lo que “pone en duda su utilidad para la diversificación de la cartera de inversión”.