Emprendimiento

Algueras chilotas innovan con caramelos y postres naturales en base a agar-agar

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Créditos de foto de algueras: Fundación Chinquihue.

Algueras pertenecientes a la comuna chilota de Queilen, están convirtiendo alga pelillo en dulces y postres naturales, emprendimiento que se muestra sustentable para sus economías.

Una veintena de algueras y algueros pertenecientes a la comunidad indígena Buta Huapi Chilhué, en la sureña comuna chilota de Queilen, están iniciando la producción de una serie de alimentos en base a agar-agar, que ellos mismos generan de forma independiente.

El objetivo final consiste en convertir el alga pelillo (Gracilaria spp.) en dulces y postres naturales, y así establecer una alternativa económicamente atractiva y sustentable para la comercialización de esta alga nativa por parte de los beneficiarios, quienes se dedican a la extracción de este recurso marino en las costas chilotas desde hace al menos tres décadas.

Bajo el título de “Agregación de valor y diversificación de la producción a partir de agar-agar orgánico mediante la elaboración de dulces artesanales por parte de la comunidad Buta Huapi Chilhué, Región de Los Lagos”, financiado por el Fondo de Innovación para la Competitividad, este proyecto contó con una primera etapa en la que sus beneficiarios se capacitaron en la producción de agar-agar de forma artesanal, proceso del cual incluso se publicó un manual de elaboración.

Las nuevas capacitaciones a las que se integraron las algueras y algueros se realizan en dependencias de una sala de procesos que posee la organización. Ahí, funcionarios de Fundación Chinquihue les brindan transferencia técnica para el éxito del proyecto.

Rosario Obando es desde hace 29 años la presidenta de la organización que agrupa a estos algueros y que lleva por nombre “Estero Pilque Paildad”. Hasta antes de estas iniciativas a cargo de Fundación Chinquihue, “vendíamos el pelillo verde o seco”, explica la dirigenta chilota. Con la fluctuación de los precios de venta, esta última opción ya no resulta muy rentable para la organización. Es por ello que decidieron guardar varios kilos del alga y destinarlos a una nueva actividad productiva.

“Actualmente tenemos 5 mil kilos de pelillo para poder elaborar agar-agar”, complementa Obando. “Nuestra idea ya no es vender el pelillo; es producir dulces y postres”, refiere la dirigenta artesanal.

Otra de las beneficiarias del proyecto es Clemencia del Carmen Ñancul. Dedicada a esta actividad desde los 12 años, explica que sus padres fueron pioneros en la extracción del alga en la zona por allá por los años 70s.

“Yo personalmente lo veo muy rentable”, indica en referencia a la idea de producir alimentos. “Seríamos los primeros en Chiloé que partiríamos con esto. No conozco otra organización que se esté dedicando a la producción de agar-agar como nosotros y que tenga la infraestructura que tenemos nosotros”, aduce. Ñancul está convencida de que se puede generar mayores ingresos, “especialmente para las mujeres, que nos toca quedarnos en la casa. Es una muy buena iniciativa”.

Las algueras y algueros contaron, además, con la asesoría de Sercotec, entidad que les entregó apoyo para el establecimiento de la organización como una cooperativa, lo que facilitará los temas relativos a la comercialización de los productos que se elaborarán.

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