Los féretros pertenecían a muertos con enfermedades infecciosas cuyos cuerpos fueron cremados. Se está poniendo en riesgo a trabajadores del Cementerio General.
Un escalofriante laberinto de unos 450 ataúdes vacíos tiene en alerta a los trabajadores del Cementerio General de Santiago. Pertenecían a fallecidos con enfermedades infecciosas cuyos cuerpos fueron cremados.
La denuncia fue levantada por funcionarios del camposanto, quienes advierten un serio peligro sanitario por posible contaminación de los féretros. Acusaron que se están acumulando desde hace ocho meses y no han podido ser eliminadas por la falla de una máquina.
“Se está poniendo en riesgo a los trabajadores del crematorio que han tenido que armar estrechos pasillos con cajones infectados por alguna enfermedad. Hemos denunciado esto a la Contraloría porque venimos advirtiendo este riesgo de salud”, manifestó el presidente de la Asociación de Funcionarios del Cementerio General, Luis Yévenes.
Así, los trabajadores exigen medidas de la Municipalidad de Recoleta, comuna que administra el recinto.
El dirigente explicó que “el proceso de cremación del cuerpo y del cajón es por separado”. El féretro “se destruye con una máquina hidráulica que lo deja como un cuadrado de madera y luego éste se quema o se deja en el patio sanitario. Esa es la máquina que está mala”.
Hasta ahora, los funcionarios trabajan en el lugar protegidos con mascarillas, guantes y hasta lentes, para evitar algún contagio y proteger a sus familias.
Y dicen, en tanto, que “ya no sabemos dónde meterlos”, pues se realizan entre 100 y 120 cremaciones mensuales.