La jefa de Viña del Mar calificó de grave que 75% de estas casas tengan riesgo de colapso: ya se observan filtraciones de agua y deslizamientos de tierra.
Si en el pasado las alcaldesas oficialistas de Viña del Mar y Quilpué, Macarena Ripamonti y Valeria Melipillán, manifestaron públicamente su descontento con el Gobierno, y más en particular con el Servicio Nacional de Prevención y Respuesta ante Desastres (Senapred), por las demoras en el proceso de construcción de viviendas de emergencias -situación que por lo demás le costó el cargo al exdirector nacional, Álvaro Hormazábal-, la jefa comunal viñamarina nuevamente tomó la ofensiva contra la institución.
Esta vez, denunciando «deficiencias constructivas» en las viviendas de emergencia dispuestas por el Ejecutivo. Y es que luego de las intensas precipitaciones registradas el martes en la Región de Valparaíso, damnificados del megaincendio denunciaron que sus viviendas de emergencia sufrieron filtraciones de agua y de viento durante el paso del sistema frontal, exponiendo a las familias siniestradas a las gélidas temperaturas.
Tras las primeras precipitaciones intensas del año, la alcaldesa Ripamonti aseveró que las viviendas transitorias proporcionadas por Senapred «no cumplieron con los estándares técnicos», por lo que «hoy tienen a las familias húmedas, mojadas, (…) por no construirse de manera adecuada».
Y este miércoles la jefa comunal fue más allá y, a través de un extenso comunicado, informó que la Municipalidad de Viña del Mar había alertado hace casi dos meses del mal estado de las construcciones, mediante oficio presentado el 12 de marzo y reiterado el 12 de abril a Senapred y a la Delegación Presidencial Regional de Valparaíso.
El escrito detalla que, de acuerdo al informe técnico levantado por equipos municipales, de un total de 100 viviendas de emergencia inspeccionadas, de manera preocupante «más de un 75% presenta observaciones importantes en sus fundaciones, desde polines sin hormigonar, envigado de piso mal instalado, hasta apoyos de hormigón sobre relleno».
Situación por la cual, «al ser afectada por agentes externos como aguas lluvias o cargas sísmicas, están en riesgo de colapso», advierte la alcaldesa Ripamonti en el oficio remitido a la DPR y a Senapred. «Lo anterior —sostiene la jefa comunal— resulta grave, por cuanto además de no garantizar una vivienda digna, expone a sus ocupantes a situaciones de peligro, más aún, con la llegada del invierno y las lluvias, lo que traerá consigo filtraciones y eventuales deslizamientos de tierra».
Asimismo, la administración municipal identificó otras deficiencias, como la falta de sellos en puertas y ventanas, caballetes de techo mal instalados, planchas que sobresalen de manera sobredimensionada del alero de la vivienda -siendo vulnerables ante fuertes vientos- y falta de botaguas en la parte inferior de la puerta principal. A raíz de estos hechos, Ripamonti advierte que las empresas constructoras contratadas para la instalación de viviendas de emergencia han llevado a cabo un «incumplimiento reiterado» de las condiciones que exige Senapred, ya que estas «no han respetado los estándares de habitabilidad».
Por ello, solicita a la Delegación Presidencial que informe todos los contratos suscritos con las firmas constructoras y que «adopte todas las medidas contractuales y extracontractuales necesarias, con el fin de atender esta situación en el menor tiempo posible». Sin embargo, hasta la fecha el oficio de la alcaldesa no ha sido respondido por la DPR.