El presidente de la Asociación de Familias Empresarias, Andrés Vial, afirmó en “Como El Perro y El Gato” que las ventanas rotas en el país son el no respeto a la autoridad y la suciedad en las calles.
Andrés Vial, quien es presidente de la Asociación de Familias Empresarias de Chile, fue entrevistado por Roberto Fantuzzi en nuestro programa “Como El Perro y El Gato”, que se emite cada domingo a las 11:00 horas.
En el programa, afirmó que Chile hoy vive “La teoría de las ventanas rotas”. ¿Por qué? “Hicieron un experimento donde se pone un auto nuevo en un sector pobre, y a los pocos días, queda destrozado y roban sus partes. Luego lo colocan en un barrio acomodado y continúa impecable, pero cuando le rompen la ventana, la gente de a poco lo desarma igual que en el sector pobre”.
Para Vial, las ventanas rotas en Chile son grafitis, suciedad en las calles, no respeto a la autoridad y a los padres, pasarse las luces rojas, andar sin patente en el auto, entre muchas otras cosas. “No hay modales y está la sensación de que se puede hacer cualquier cosa en nuestro país”.
“La educación en Chile se ha ido al tacho de la basura, me da una pena tremenda, porque los niños necesitan no solamente instrucción sino que también entrega de valores en casa, en asuntos como las formas de comer, saludar, pedir permiso, respetar a los demás”, manifestó el presidente de la Asociación de Familias Empresarias.
También, dio a conocer que más del 90% de las compañías a nivel nacional se consideran familias empresarias, porque, si se observa la torta por facturación con información oficial del Servicio de Impuestos Internos, 98,5% son Mypymes.
Y en estas empresas familiares, de acuerdo con el experto, uno de los errores es atrasar la sucesión, la entrega del mando, porque puede llegar la hora en que se enferme el patriarca y los hijos ya no quieran tomar las riendas. “No es bueno perpetuarse en el cargo, sino que empezar a entrenar las nuevas generaciones, cuando el líder tiene de 50 a 55 años hasta lograr el objetivo buscado de los 65 a 70 años”.
“Los sucesores deben ir asistiendo paulatinamente a directorios, a comisiones, para ser reconocidos por los trabajadores de las empresas y conocer el funcionamiento de la compañía porque propiedad, ser dueño, no es lo mismo que conocimiento del negocio. Hay que dejar, además, todo escrito y acordado cuando el patriarca está vivo, con protocolo familiar, con el fin de evitar problemas”, dijo Andrés Vial.