La vocera de Gobierno dijo que muchos usan al “perro matapacos” como chivo expiatorio para no hablar del origen real de la crisis actual que es el crimen organizado.
La vocera de Gobierno, Camila Vallejo, manifestó en el marco de la polémica por el “perro matapacos” tras el asesinato de tres carabineros en Cañete, que “hace rato se viene tratando de encapsular la discusión de seguridad en torno a símbolos que se levantaron en el estallido, como si fueran el origen de los problemas de criminalidad en nuestro país”.
El Presidente Gabriel Boric, según Vallejo, “nunca festinó con esa figura que representa para distintas personas cosas distintas. Lo importante es que cuando hablemos del estallido, no hablemos sólo de la violencia que se vivió ahí y reconozcamos que, incluso la actual oposición, valoraba la manifestación social. Entonces volvamos al tema de fondo. Un tema de fondo es, evidentemente, la seguridad”.
“Y la seguridad, hoy día, está en un punto de máxima preocupación porque la violencia del crimen organizado viene creciendo desde por lo menos 2018 en nuestro país y lo que tenemos que hacer ahora, más que discutir sobre un perro, es ver cómo seguimos fortaleciendo las capacidades del Estado para enfrentar esa criminalidad. Otro tema de fondo es la distribución de la riqueza. Parte importante para transformar las condiciones de vida es el crecer económicamente, pero también distribuir”, señaló la ministra a Diario El País.
A su juicio, un símbolo significa algo positivo para algunos, pero también puede significar algo negativo para otros. “Y efectivamente el nombre que se le puso al perro es ofensivo, por ejemplo, para probablemente las familias de carabineros, para la propia institución. Para otros significa un momento donde la ciudadanía se expresó, donde reivindicó sus posiciones”.
“Pero es cierto que también hay muchos que utilizan este símbolo como chivo expiatorio para no hablar del origen real de la violencia y criminalidad que estamos viviendo y que responde al crimen organizado, que no se sostiene por símbolos, sino por un negocio del dinero, de la droga, de la trata de personas, de la búsqueda de control territorial. La evidencia da cuenta que el crimen organizado ha ido evolucionando desde antes del estallido”, según Vallejo.
Y ya en su tercer año de Gobierno, la ministra afirmó que “la estrategia es poner la pelota en el piso y decir, ‘ok, ya estamos en la recta final y hay que resolver’. Todo esto no depende exclusivamente del Presidente o su equipo. Una parte importante depende de la contraparte”.
“Nosotros esperaríamos que la oposición deje su posición original, de cuando asumimos, de atrofiar al Gobierno, obstaculizarlo, negarle la sal y el agua. Y pase a ser una oposición más constructiva que plantee propuestas. Hasta la fecha, por ejemplo, la oposición dice no al 6% de seguridad social en pensiones, ni siquiera el 3% -a solidaridad y otro 3% a las cuentas individuales de los trabajadores-, es sólo una negativa. Hoy día avanzamos en que haya un cronograma acotado para resolver las distintas temáticas de la reforma, pero todavía no vemos propuestas”, dijo Camila Vallejo.