La psicóloga relató ante la justicia que, el actor, la llevaba a sus 16 años a comprar ropa interior sexy: “me la hacía probar, abría la cortina y me miraba desde afuera”.
La Fundación para la Confianza fue la entidad encargada de emitir un comunicado público, el 26 de marzo, en el que informaba que la psicóloga Raffaella di Girolamo- hija de la actriz Claudia di Girolamo- interpuso una querella por abusos sexuales contra Cristián Campos, exmarido de su madre, en hechos ocurridos en las décadas de los 80 y 90.
Se iniciaba de esta forma una indagatoria a cargo del juez del 34 Juzgado de Crimen de Santiago, Edgardo Gutiérrez, quien ha oficiado diferentes diligencias en la causa, principalmente enfocadas a la toma de declaraciones de la víctimas y algunos testigos.
Medios accedieron al testimonio proporcionado por Raffaella di Girolamo ante el magistrado, declaraciones a la justicia realizadas el 5 de abril por la psicóloga.
En un documento de 10 páginas, la profesional relata diferentes episodios relacionados con presuntos actos de abuso sexual y consumo de drogas.
Una de las primeras situaciones precisadas por Di Girolamo ocurre en su adolescencia. “Yo tenía alrededor de 16-17 años, en esa época era cotidiano que Cristián me llevara al restaurant Tip y Tap. Íbamos a comer los dos solos. A esas alturas, Cristián ya me había inducido a beber alcohol, por lo que las comidas estaban siempre acompañadas de un trago de vodka”, señaló ante el juez.
En este sentido, manifestó que el actor le había comentado que no atravesaba un buen momento en la relación con Claudia di Girolamo. “Lo más incómodo era que me decía que ni sexualidad tenían”, advirtió, añadiendo que, después de esos almuerzos, Campos la llevaba a comprar ropa interior.
“No recuerdo bien el nombre de la tienda. En ese lugar, él elegía ropa, sostenes, calzones, siempre con encaje, trasparentes. Se podría decir que muy sexies, no ropa interior para el día a día y me hacía probármelos en la tienda y una vez que yo tenía la ropa puesta, abría la cortina y me miraba desde afuera”, indica di Girolamo en su declaración.
En el testimonio también detalla que durante esa época experimentó diferentes “miedos nocturnos”, motivo por el cual optó por dormir a puerta cerrada y con pestillo, medida que no impidió que Campos ingresara- según su propia versión ante la justicia- a su habitación.
“Cristián entraba a mi pieza en la noche. Se daba cuenta que yo estaba despierta. No recuerdo qué me decía exactamente, era algo como que era tarde y había que dormirse. Como ocurrió más de una vez que me vio despierta. Cristián mostró preocupación y me dijo que a veces tomaba unos remedios naturales que lo ayudaban a dormir y me los empezó a dar”.
A sus 17 años, Di Girolamo mencionó haber notado algo extraño: un día su madre le prohibió ir al colegio e instruyó a la trabajadora doméstica que no la dejara salir de casa.
Pese a la advertencia, Campos la llamó e invitó a tomar un café. Raffaella, según relata, aceptó con miedo, temiendo que su madre descubriera que salió de casa.
Durante esa conversación, Cristián Campos “comienza a contarme que había tenido una discusión con mi mamá, porque ella estaba molesta por nuestra amistad y nuestra cercanía, por lo que teníamos que tomar distancia”.
En el testimonio, la psicóloga añade: “No recuerdo si yo le pregunté algo, tampoco cómo nos fuimos y cómo llegamos a la casa, sólo que después yo estaba en mi pieza nerviosa, preocupada y confundida. Mi mamá llegó después de su jornada laboral, abrió la puerta de mi pieza, entró muy rápido se me acercó desesperada y me dijo: “¿Qué pasó? ¿Te hizo algo? ¿Qué pasó? ¿Qué te hizo?”.
Raffaella di Girolamo contó al magistrado que en ese momento no supo qué respuesta entregar, pero que tiempo después, a sus 40 años, comprendió. “Cuando develé los hechos a mi madre, esto fue alrededor de los 40 años, ella me dice: ‘Yo encontré a Cristián en tu cama desnudo’. Después me explicó que Cristián estaba acostado desnudo a mi lado en mi cama y que en ese momento ella le habló y que trató de despertarme y que me habló, pero yo miré a Cristián, hice un gesto como de asco y seguí durmiendo. También me contó mi mamá que le llamó la atención que la ropa de Cristián estaba doblada en la silla que estaba en la pieza”.
A través de un comunicado, la defensa de Cristián Campos manifestó lo siguiente:
“Lamentamos que la contraparte haga público un proceso tan doloroso y que pertenece a una causa reservada. Contamos con las pruebas y testimonios suficientes para desacreditar las declaraciones presentadas por la parte querellante. Sin embargo, no será por la prensa donde las presentemos, sino que ante la justicia, ya que confiamos en el proceso que se está llevando a cabo”.