Sin embargo, el ministro de Hacienda, Mario Marcel, descartó eliminar el impuesto específico a los combustibles, ya que se reducirían las arcas fiscales.
Promover la mantención del actual sistema de estabilización de los precios de los combustibles, de manera de no generar un impacto al alza significativo en las próximas semanas, es el objetivo del proyecto aprobado ayer, de manera unánime, por la Comisión de Hacienda y despachado a la Sala, para su tratamiento hoy.
La propuesta del Ejecutivo la presentó ante el grupo parlamentario el ministro de Hacienda, Mario Marcel. Este explicó las características del mecanismo de estabilización de precios de los combustibles (Mepco) y su operatividad. Así, aclaró que el sistema funciona a través de incrementos y rebajas a los impuestos específicos a los combustibles, aplicado a: gasolina automotriz, petróleo diésel, gas licuado de uso vehicular y gas comprimido de uso vehicular.
Detalló que el conflicto entre Rusia y Ucrania está generando una alta volatibilidad de los precios internacionales del petróleo. De tal modo, se han tenido variaciones de hasta un 60%, en algunos días específicos.
Por lo anterior, el gasto fiscal acumulado producto del funcionamiento del mecanismo alcanzaría el tope legal vigente en las próximas semanas (US$750 millones). De producirse aquello, acotó, las gasolinas de 93 y 97 octanos alcanzarían un incremento de, al menos, $250 por litro. De ahí, remarcó la autoridad, la urgencia en el trámite de esta iniciativa.
Para mantener la operatividad del mecanismo, el proyecto incrementa el límite máximo de los US$750 millones actuales a US$1.500 millones. Además, se ajusta la segunda alusión que se hace al límite citado, para asegurar la coherencia interna de esta disposición.
En el debate, las y los legisladores pidieron precisiones respecto de la forma en que funciona el sistema. Asimismo, respecto de cuánto alcanzará a cubrir la extensión y las medidas pensadas para otros combustibles de uso doméstico. Igualmente, se llamó a aplicar una rebaja en el impuesto específico existente.
Marcel especificó que con la extensión se debiera soportar un precio promedio del barril de 120 dólares por el resto del año. Recordó que, previo al conflicto internacional, los precios variaban entre 80 a 90 dólares por barril.
El ministro también se hizo cargo de las medidas que se están estudiando en otras materias, no incluidas en esta iniciativa. Adelantó que, en el caso de la parafina, se proyecta mantener congelado el precio para las familias de menores recursos. La propuesta, que pasaría por un subsidio, llegaría antes de fines de abril.
Respecto del gas licuado, comentó que se evalúa un aporte estatal. Sin embargo, alertó que se está analizando la vía a utilizar, de modo que el beneficio llegue a las familias y no lo absorban las empresas, por eventual colusión.
Adicionalmente, sostuvo que se buscará asegurar que no se incrementen los costos de la tarifa del transporte público. Para ello, adelantó Marcel, se espera hacer las adecuaciones en el próximo proceso tarifario.
Por último, recalcó que el impuesto específico a los combustibles ya viene siendo impactado desde el año pasado. Explicó que su eliminación implicaría una reducción de las arcas fiscales equivalente al costo del financiamiento de la Pensión Garantizada Universal.