Los especialistas proyectan un escenario de estanflación, con un escenario financiero magro y un costo de la vida muy elevado, junto con un fuerte incremento de la morosidad crediticia.
A través de su reciente Informe de Política Monetaria (IPoM) de marzo 2022, el Banco Central ajustó a la baja sus proyecciones, estimando que la economía chilena crecerá entre 1% y 2% en 2022, y en el rango de -0,25% y 0,75% en 2023, alertando el riesgo de recesión para el país ese año, ya que sólo en 2024 la actividad nacional se expandiría en torno a su potencial, de 2,25% y 3,25%.
Frente a esto, el economista de Gemines Consultores, Alejandro Fernández, indicó a Tevex que “los riesgos de recesión se extienden desde el tercer trimestre de 2022 hasta fines del 2023. Por una parte, están los efectos del ajuste para volver a calzar la demanda agregada con la oferta y poder retornar a un crecimiento sostenible y compatible con la meta de inflación. Por otro lado, la incertidumbre por la nueva Constitución y la probable aprobación del proyecto de la Convención, que generaría un peak de incertidumbre que paralice la inversión”.
Por su parte, el economista Alejandro Alarcón señaló que “efectivamente la economía se está desacelerando, y el crecimiento proyectado para este año será cercano al 1%, con la posibilidad de una recesión en el último trimestre, junto con una caída de la inversión. Esos ajustes implican también una baja expansión para 2023, lo que evidentemente pone al país en una situación de recesión más larga que la estimada hacia fines de 2022”.
Mientras que el economista Roberto Darrigrandi afirmó que “el Banco Central está dando una nota de realismo, en función del escenario para la economía chilena. Claramente tenemos un problema serio que se acercará a una estanflación, toda vez que nuestro crecimiento económico este año debiese ser muy magro, entre 1% y 2% y en 2023, con alta probabilidad de recesión, de la mano de una inflación elevada”.
Asimismo, de acuerdo con Darrigrandi, “el Banco Central proyecta caídas en la inversión para este y el próximo año, ello por la incertidumbre internacional y local, esto último principalmente con una Convención Constituyente que está reinventando el país llevándonos a una situación compleja y un Gobierno que no da la claridad de cuál será el motor de crecimiento económico, y al contrario, muestra estimaciones de alzas tributarias importantes”.
Incidencia en morosidad
Un estudio de Chiledeudas.cl revela parte de esta realidad, tras encuestar a cerca de 2.000 personas a nivel nacional. De este modo, 55% de quienes respondieron afirmaron, de manera sorpresiva, que no pueden vivir sin deudas, ya que de lo contrario, su economía personal o familiar se desmoronaría.
¿Cuáles son las razones argumentadas para tal efecto? Con el 40% de las respuestas, destacan los ingresos personales o familiares insuficientes; el 35% admite que su vida financiera es desordenada y que por ello deben endeudarse para sustentar gastos u otros compromisos crediticios; y el 10% asegura que puede solventar responsablemente sus obligaciones.
“Se observa, entonces, una combinación de cruda realidad ligada a bajos sueldos en varias familias del país y también un desorden financiero, lo que genera una dependencia total a las deudas. Eso, lamentablemente, llevaría a que este año se supere la barrera de los 5 millones de chilenos morosos, si se le suma que la economía nacional marchará lentamente”, indica el director de Chiledeudas.cl, Guillermo Figueroa.