El Índice de Precios al Consumidor aumentó 1,4% en abril, sorprendiendo de forma negativa al mercado, y se espera que el costo de la vida en Chile continúe incrementándose.
Lamentablemente, la inflación en Chile volvió a dispararse en abril de 2022. El Instituto Nacional de Estadísticas (INE) informó esta mañana que el Índice de Precios al Consumidor (IPC) anotó un alza mensual de 1,4%, ello muy por encima de los pronósticos del mercado que apuntaban a 1%.
Con esto, la subida acumulada del IPC en lo que va del año llegó a 4,8%, mientras que el alza anual alcanzó la fuerte cifra de 10,5%, la cual es su mayor nivel desde agosto de 1994. Es por eso que ayer en su Reunión de Política Monetaria, el Consejo del Banco Central de Chile acordó incrementar la tasa de interés de política monetaria en 125 puntos base, hasta 8,25%. La decisión fue adoptada por la unanimidad de sus miembros.
La inflación mundial ha seguido aumentando y los bancos centrales han intensificado el retiro de los estímulos monetarios. Esto se ha dado en un escenario en que los precios de las materias primas y los alimentos se han mantenido elevados y en que los confinamientos en China han puesto presiones adicionales sobre la recuperación de las cadenas de suministro global.
Las perspectivas de crecimiento mundial para este año se han ido ajustando a la baja, acercándose a los valores previstos en el IPoM de marzo. Esto, en medio de una incertidumbre que se mantiene alta a causa de la invasión de Rusia a Ucrania y de señales de preocupación en torno a la actividad en China.
En cuanto a la actividad, considerados los Imacec publicados, la actividad habría crecido 7,9% en el primer trimestre de 2022, algo por sobre lo estimado en el IPoM, principalmente por el resultado de marzo. Por el lado de la demanda, los indicadores de corto plazo muestran que el consumo sigue resiliente, mientras que la inversión se debilita. En esta última, si bien las importaciones de capital permanecen elevadas, la mayoría de los indicadores asociados a la construcción han continuado decayendo y la información de los catastros se revisa a la baja para el período 2022-2025.
En el mercado laboral, el aumento del empleo se ha ido ralentizando desde fines del año pasado, en un contexto en que distintos indicadores dan cuenta de una demanda menos dinámica y una oferta que, aunque con alguna mejoría, sigue acotada. Las expectativas de consumidores (IPEC) y empresas (IMCE) han seguido deteriorándose.
La inflación de marzo fue significativamente mayor a lo previsto en el último IPoM, con lo que la variación anual del IPC subió a 9,4% —7,6% el IPC subyacente (sin volátiles)—. Resaltó el alza de los precios de los alimentos —subyacentes y volátiles—, de los precios de los combustibles y de algunos ítems puntuales. Las presiones inflacionarias internas se han visto incrementadas por las alzas de los precios internacionales de la energía y los alimentos, la depreciación del tipo de cambio y los sostenidos problemas de suministro global. Las expectativas para la inflación provenientes de las encuestas —EEE y EOF— permanecen por sobre 3% a dos años plazo.
La evolución reciente de la inflación y sus perspectivas de corto plazo se ubican por sobre lo previsto en el IPoM de marzo. Esta situación intensifica los riesgos del escenario inflacionario, por lo que el Consejo ha decidido un aumento de la TPM que la sitúa en torno al borde superior del corredor de tasa del último Informe. Una nueva evaluación de la trayectoria de la política monetaria se realizará en el próximo IPoM.