Hoy, el exfutbolista tiene seis negocios, cada uno en distintas etapas de desarrollo: algunos más avanzados, como Louis Antoine, su marca de ropa que prepara su arribo al Costanera Center.
Padre orgulloso y empresario. Eso eligió Luis Jiménez como su descripción fundamental.
“Me gusta el fútbol, pero hoy no es algo que me apasione. Yo siento que ese deporte está un poco manchado, por decirlo de alguna manera. Además, terminé hace poco, entonces prefiero darme un respiro”, dice sentado en la oficina de WeHub -su agencia de contenidos-, emplazada en Ciudad Empresarial, Huechuraba.
“Yo empecé por pasión. Desde chico que el fútbol era mi sueño, pero ya hacia el final era mi trabajo”, respondió a Diario Financiero.
Como tantos jugadores profesionales, empezó a invertir su patrimonio durante su etapa como futbolista. Partió, dice, en el mercado inmobiliario, como la mayoría de sus compañeros. Luego, de a poco, fue ideando negocios específicos y con más riesgo.
Por ejemplo, mientras jugaba en Dubái, emprendió con una empresa dedicada a la importación de bebidas sin alcohol, un importante mercado en ese país, debido a sus estrictas restricciones al consumo de este tipo de productos. “En el mundo del fútbol se acercan muchas personas a ofrecer negocios. Y normalmente son siempre: ‘tú pones la plata y yo me encargo de lo otro’. Yo nunca acepté eso, no era muy partidario de esa forma de emprender”.
Él tomó otra estrategia: se inscribió a cursos como administración de empresas y evaluación de proyectos mientras aún era jugador. El último que terminó fue un diplomado en marketing digital, en la Universidad Adolfo Ibáñez. “Estudio para no estar en cero, para ir a una reunión y saber de qué están hablando. Y, además, algo que he aprendido es apoyarme en la gente que realmente sabe, y elegir bien a las personas con las que trabajo”.
El ex seleccionado nacional logró obtener altos ingresos durante toda su carrera como futbolista, especialmente en su estadía en Europa y Medio Oriente, donde jugó en equipos como el Al-Nasr, de Dubai, y el Al-Gharafa, de Catar.
Hoy, Luis Jiménez tiene seis negocios, cada uno en distintas etapas de desarrollo: algunos son más avanzados, como Louis Antoine, su marca de ropa que prepara su arribo al Costanera Center y su aterrizaje a mercados como Argentina y Medio Oriente, o Double Five, firma de becas deportivas en EE.UU. que armó con el exjugador Nicolás Larrondo.
Otras empresas, en cambio, están recién partiendo, como WeHub Creative -una agencia de marketing digital- o 274, un gin premium que lanzará en abril.